Comentario
Debido a su posición geográfica, en Granada se unen la sierra, el mar y la vega, dando a su cocina una gran riqueza y variedad gastronómica.
Los productos que proceden de su fértil vega son la base de muchos platos locales, como es el caso de las habas con jamón, la pipirrana, los cardos, y el gazpacho, entre otros.
Entre los platos más típicos de la ciudad figuran la Tortilla del Sacromonte, elaborada con sesos cocidos y criadillas de ternera; el remojón granadino de bacalao y naranja; las saladíllas con habas, para San Cecilio y el día de la Cruz.
El crudo invierno del interior ha propiciado la elaboración de consistentes platos, como el potaje de berzas, combinación de vegetales y legumbres, y el gitano; el puchero de habas verdes, y el de hinojos; la cazuela de cardos y de calabaza; y para el Día de San Antón, la tradicional olla de San Antón, compuesta de una gran cantidad de avíos, como la cabeza de cerdo, oreja, morcilla, manitas...
Granada se beneficia de aquellos productos procedentes del resto de su provincia. Así, de la Alpujarra llega el famoso jamón de Trevélez, curado en el pueblo más alto de la Península Ibérica, junto al Plato Alpujarreño, a base de patatas a lo pobre, morcilla, chorizo y huevos fritos. De la Costa Tropical proceden buenos pescados y mariscos, como las excepcionales quisquillas blancas de Motril, la dorada, la lubina, el pargo, y las sardinas. Además, el clima del litoral ha propiciado el cultivo de frutos subtropicales, tales como la chirimoya, con su Denominación de Origen Chirimoya-Costa Tropical, el aguacate, el mango y la papaya. Entre su variada y exquisita repostería destacan aquellos dulces elaborados en los conventos como las bizcochadas de Zafra, los huevos moles de San Antón, los pestiños de la Encarnación o el hojaldre de San Jerónimo. También son dignos de mención la cuajada de carnaval, los soplillos de la Alpujarra y la torta real de Motril. Como ingredientes imprescindibles de la repostería granadina, de herencia árabe, son la miel y las especias.